Cuando hablamos de observabilidad como un nivel extra del control de calidad de los datos me vienen a la mente los primeros proyectos con los que me tuve que pelear como arquitecto de soluciones hace ya bastantes años. Allí había entornos de monitorización de sistemas IT tradicionales con Nagios o Zabbix, que implementaban alertas basadas en umbrales estáticos que no eran capaces de capturar todas las incidencias de nuestras plataformas. Allí diseñamos capas de analítica avanzada para levantar alertas preventivas, detectar anomalías, cambios de tendencias en los datos, etiquetar determinados patrones e incluso analítica de logs para hacer root cause análisis.